5/22/2018

3ª tarde Santa Quitèria Almassora 2018: Una sorpresa impuntual



Informa: Patricia Rodríguez


En Almassora la puntualidad en los toros no es una costumbre, es una obligación. Por eso cuando a las 17.00 horas, hora anunciada para soltar el primero de la tarde, seguía tocando la charanga en el 'ruedo' se oyeron los primeros pitos. La pitada fue en incremento hasta que a las 17.04 horas la música paró en seco, pidieron permiso para abrir la puerta y casi 10 minutos después de la hora fijada salió la sorpresa por la puerta de chiqueros: una vaca.


El momento surrealista tenía explicación. Y es que las guías de los dos toros acartelados se habían quedado en el camión tras el desembarque y aquello impedía la autorización de la Policía Autonómica para su suelta. Los corrillos se multiplicaban en la plaza Mayor mientras salía una segunda vaca y la tablilla de "Quitafaroles" seguía colgada en la fachada anexa a corrales.

A las 17.48 la puerta se abría por tercera vez pero, por fin, para recibir al de Arcadio Albarrán papeles en mano, que apretó de salida a los 'rodaors', con Raulillo y Rafa Lorite haciendo los honores como patrocinadores del K-nut que lo financió junto a Sant Roc, El Duro, El Desfase, La Gleva, La Kolva, La Trama, La Priva y La Trieka. Buena salida que recompensó a peñistas y aficionados de la espera y la incertidumbre. Y el entuerto se saldó con una gran ovación. El ejemplar se mostró más noblón en La Picaora, donde Patricio le sacó tres quiebros, y recorrió las calles.

La actividad taurina se trasladaba a La Picaora al igual que la reina y las damas. A las 18.25 horas, y tras colocar el cajón en su sitio, salió "Papeleta" a la arena.  El astado Carlos Núñez, aportado por la ACT La Picaora y que sustituía al anunciado de Guadalest, no quiso historias con Julián Marín y prefirió enfilar por la calle Mayor al embroque con el rodaor local. Basó parte de su lidia en la parte trasera de Ca la Vila, donde respondió a las suertes y se vivieron momentos tensos al quedarse debajo de la ventana del Museu Municipal, en el que se refugiaban varias personas. 


* La crónica en el Periódico Mediterráneo:

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