6/24/2016

Crónica bous de Sant Joan Puçol 2016: No ni ná


Informa: Patricia Rodríguez


Le dijeron que no. Un diagnóstico que truncaba su carrera, con o sin toro de por medio. Dos simples letras que, inofensivas por separado, podían cambiar una vida o el modo de vivirla. “No ni ná” debió pensar Eduardo Pérez Bayarri “Edu”, que ayer volvió al recorrido taurino de Sant Joan, de Puçol, después de años apartado por una lesión.

Hubo que esperar al último toro de la tarde para dar fe de su recuperación no pronosticada. De un ejemplo de superación al que él restará importancia por humildad. A los últimos minutos, incluso, de la exhibición del Gerardo Ortega. En la arena, lo llamó Edu de lejos. Y allí mismo, en esas calles que no pisaba como ‘rodaor’ activo desde 2013, se produjo un milagro fruto del tesón. Del que ya había dejado constancia en otros recintos taurinos en las últimas semanas. Un quiebro con torería al que siguió la ovación de su pueblo. Sobraban las palabras para saber que aquello era un: ¡Enhorabuena, torero!

Tampoco renunciaron a la “baixà de caixons” los miembros de la Comissió del 7 de Setembre, encargados de la organización de los festejos taurinos de San Juan. Y a las cinco de la tarde los cajones con los 3 astados reseñados para la ocasión emprendieron un camino al que guía la tradición popular. Aunque algunos pretendan cortar el paso.

Otro “no” al que también hacen caso omiso los aficionados. Entre ellos, los que ayer se dieron cita en Puçol para presenciar la salida del toro que abrió tarde, un Manuel Beltrán al que recibieron al alimón Carlos Alonso y “Nelet”. A “Relojero” no le regalaron tiempo y fue dirigido a corrales en poco más de 10 minutos. Tomó las calles y, de vuelta al punto de partida, tuvo arrancadas sin un objetivo fijo y sin emplearse a los cites. Lo más destacado a cuerpo limpio lo hizo Sergiete, que se cruzó de brazos para pasárselo por los riñones.

La actividad volvió a la zona de cajones, en la que aguardaba el ejemplar de Montes de Oca. A “Cacerolo” (N46-G2) lo embarcó dos veces Sergio “Sarri” con la chaqueta, saliendo suelto de cada encuentro. Antes de las 18.30 horas ya estaba el de Gerardo Ortega, que cerraba cartel, en el recorrido. Y eso que un problema con el candado retrasó su salida.

Se le vio con prisa a “Rompedor”, consciente, quién sabe, de que con él se iba a registrar el momento más preciado de la tarde. Salió fugaz y sin la divisa, por cierto, que se quedó en el habitáculo. Marcado con el número 69 y el guarismo 2, respondió a los rodadores sin acabar de romper, apretando en alguna rodada.

Tres toros  lidiados en 45 minutos que se prolongaron con la suelta de ganado de El Saliner. Y, sin embargo, un único segundo para recibir una lección de vida. La de llevarle la contraria al no diga quien lo diga. La del que quiere, puede.




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