7/10/2015

Crónica encierro Fuente Ymbro San Fermín 2015: Llamada en espera



Por Patricia Rodríguez
Foto: EFE

Nunca recibieron aquella llamada. Aquel mensaje. O un beso. De esos con los que se celebra la vida. Hoy hace seis años que la espera se convirtió en eterna. Seis años que la vida de Daniel Gimeno quedó sesgada en un poste del tramo de Telefónica. Mientras los corredores realizaban los estiramientos de rigor, los padres del corredor fallecido en los sanfermines de 2009 lo homenajearon con flores blancas y rojas en aquel punto fatídico por el que esta mañana han pasado los Fuente Ymbro. 

Los poco más de dos minutos de media que suele durar la carrera, si la cosa no se complica, se convierten en eternos para los que se quedan fuera del vallado. Y, sin embargo, tienen en los 875 metros de recorrido una parte de ellos. No sólo San Fermín escucha estos días las plegarias para proteger a los corredores. Pocos santos se libran de tomar parte en un evento en el que llevan las riendas seis toros bravos. "Injertador", "Valdivia", "Hostelero", "Manirrota", Guardés" y "Labrador" eran los de hoy. 

Era su primera vez en las calles de Pamplona, claro está, pero su ganadería ha sumado su onceava carrera coincidiendo con el cuarto encierro de 2015. Salieron los seis astados gaditanos de los corrales en pandilla, arropados por los cabestros. Pasaron pocos metros cuando un astado de color negro se puso en cabeza con uno de los mansos por la cuesta de Santo Domingo, mientras los castaños amenazaban a los mozos de la parte derecha del vial. 

Pasó la torada estirada por la calle Mercaderes. Y en la curva: la virgen, el santo, o quién quiera que fuera el autor del milagro al conseguir que un mozo resultara ileso en las primeras fachadas de Estafeta, en la que quedó a merced de los primeros ejemplares de Fuente Ymbro. Siguió el toro negro por delante hasta que cayó al arrollar a un corredor y perder su posición de líder. 

Cuatro de los astados se han puesto entonces a la cabeza, pisoteando al mozo que había quedado tendido en el suelo. A partir de esa primera parte de la 'kalea', la torada continuó estirada con varios grupos de toros diferenciados que permitieron carreras de 'cum laude', sobre todo con los dos primeros ejemplares, hasta llegar a Telefónica. Aquel tramo, cada 10 de julio, siempre será de Daniel Gimeno.

No había llegado el cronómetro a los 2 minutos cuando dos toros entraban en los corrales. A los 2'23" lo hacían los últimos. Y empezaban a sonar los móviles. A escribirse los primeros WhatsApp. A producirse los primeros abrazos. "Estamos bien". 

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