7/09/2014

Crónica encierro Victoriano del Río San Fermín 2014: Victorianos sin guión



Por Patricia Rodríguez
Foto: EFE/Javier Lizón

Sobre los adoquines 2 + 2 no son 4. La operación, créanme, es más complicada. Las matemáticas se quedan fuera del recorrido cuando suena el cohete a las 08.00 horas. Cuando Pamplona cambia el paso y echa a correr con seis toros cerriles. El encierro no es un espectáculo previsible, pese a que las estadísticas permitan esbozar un guión tentativo de la carrera. 

Esta mañana los toros de Victoriano del Río han roto los esquemas y hasta los nervios de los que seguían un encierro que, en la teoría del 2+2, iba a ser rápido, muy rápido y poco más. Lo que viene siendo cuatro. Para eso los de Guadalix de la Sierra asisten sin rechistar a sus entrenamientos en la finca El Palomar. Ejercicios que dan sus frutos cada San Fermín a juzgar por las marcas registradas en un histórico iniciado en 2010.

Con el boceto emborronado por el 'chilimirri' caído durante la madrugada, la torada enfilaba  la Cuesta de Santo Domingo a toda velocidad pese a las condiciones del terreno. Al 'sprint' de uno de los ejemplares le ha seguido el de otro, liderando así un grupo ya disgregado -con 4 toros y los cabestros por detrás- antes de llegar al Ayuntamiento. Los guionistas se frotaban ya las manos con el ritmo imparable de los 'victorianos'. Sobre todo de los dos en cabeza, que han tomado distancia.

Estafeta se ha convertido en una pista de baile, en la que los mozos buscaban pareja, da igual su nombre o su aspecto, y los toros no querían ni podían bailar. Primera porque su cometido era llegar a la plaza, prontito, y segundo porque no llevaban el calzado adecuado para suelo mojado. No lo tenían previsto, lástima. Así, el primer resbalón ha dejado como líder a un toro en solitario, seguido del resto, tres en fila india y otros dos a la cola, en un desfile en el que han habido más caídas y más resbalones. Tensión.

Los primeros toros han cruzado el callejón con el contador en los dos minutos, tal y como se esperaba. Sin embargo, con cinco de ellos pisando la arena del coso pamplonica, a "Brevito" le ha dado por hacer tiempo en Telefónica y en la bajada al callejón. "De abreviar, nada", se le ha oído decir desde el vallado. Por fastidiar, más que nada. Una pretensión que ha dejado dos corneados, aunque bien es cierto que ha tenido a su merced a otros tantos más a los que no les ha echado ni cuentas.

Un desprecio que ha puesto en práctica también con los pastores y corredores experimentados que intentaban meterlo en vereda. Finalmente su actuación ha tenido respuesta y el animal ha entrado en corrales a punta de capote a los 3'30''. Cuando ya era demasiado tarde para recuperar un guión al que no le han salido las cuentas. 


PARTE DE HERIDOS: 63 personas atendidas, dos por asta de toro




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